23.2.10

Géneros dramáticos

Dice mi maestra de cine, la excelentísima Paula Marcovitch (guionista de Temporada de Patos y Lake Tahoe), que cada país e, incluso, cada continente tiene su propia manera de filtrar la experiencia vital, según como le ha ido en la feria. Los latinoamericanos somos los maestros del melodrama. Y está bien. Es que hay de melodramas a melodramones. No todo es marca Televisa, pues. Estados Unidos es tragicómico porque tiene un destino positivo. Los griegos son trágicos: destruyeron lo que más amaban. Y así. De tal suerte, que como latinoamericana debo asumir mi condición con base en la forma de ver la vida que nos ha tocado a partir de la venerable Historia nuestra: una es la víctima. Es poco sexy, es hasta poco conveniente en estos tiempos de canibalismo. Hoy una mujer, según los códigos femmefataleanos, debe ser la de me gustas pero no tengo tiempo, te amo pero me lo guardo (ash, no encuentro mi moleskine). Decía, entonces, que los acontecimientos no tienen un género dramático per se, sino el modo en el que nos aproximamos a ellos. Ahora entiendo por qué todo lo que escribo es melodrama con ínfulas fallidas de pieza. Ningún género existe solito, casi siempre se mezcla con otro. Les dejo una rolita de una banda tapatía llamada Thermo. En mi opinión, un ejemplo de buen melodrama musical. Escuchen bien la letra. La canción se llama "Tal vez no".

1 comentario:

Chinísima dijo...

Thermo me trae recuerdos... de un viejo amor... alguien con quien me recostaba en la cama con los ojos cerrados para escuchar música... ese es mi melodrama.

Un día... ¡zaz!... todo murió, quedó sólo el recuerdo... uno que se va borrando y que tristemente trasciende sólo por el dolor.

No sirvo de mujer fatal... siento demasiado... y el día que llegué el amor, seguramente, tendré todo el tiempo del mundo, jajaja.

Un abrazo