30.1.10

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A ver, no sé si sea válido hacer esto. En realidad es la primera vez. Esta obra que leerán líneas abajo me ha dejado más que conmovida. Es de una mujer llamada Georgina Espinosa, a cuyo blog llegué por casualidad: www.nostalgiadora.blogspot.com, y de cuyo blog me traje al mío, este genial texto. Describe con belleza y precisión lo que justo estos días he sentido. Sobre algunos hombres (conste, no digo que todos) que se creen que te hacen un favor al estar contigo y tienen el ego más grande que el corazón. Y digo, por lo menos fueran guapos y con dinero (ja), pero luego cada muchachito deprimido y sin esperanza. No sean. Si le digo a mi amiga: "Ni creas que estaba con él por su linda cara". O sea que el fulano no era un Josh Hartnett, pero me trataba digno. Cuando olvidó los modales, uf, a volar pajaritos. Los dejo con esta delicia.


Al viajero
Ella tiene los ojos hinchados y el corazón de un hilo. Malcosido, agujerado. Le tiraste la ceniza de tu cigarro, lo apagaste en sus cavidades. No te bastó con explorar sus piernas hasta descubrir que no era sublime ni hermosa como cuando la querías en tus sueños para despertar y poseerla con esmero, obtenerla y perderla para desear a otra. Dejar el terreno árido de tanto caminar sobre él para conquistar el misterio de un nuevo espacio selvático en el que podrás volver a adentrarte en su vegetación hasta dejarlo desértico. Cansarte de la misma mujer melodramática y estúpida para emprender la búsqueda de nuevas tierras caprichosas. Tanto la desnudaste que la arrojaste a lo común. Descubriste que ella no se subirá en minifalda a la moto, no se depilará las piernas para ti, tampoco te hará la cena. Será ella y eso no te parecerá suficiente para convertirla en la musa que tú quieres, que tú mereces. La musa que no existe en alguna mujer -real-. No basta decírtelo, caminarás de mujer en mujer, una tras otra, cansado de normalidad, de reproches, de aburrimiento. De mujeres débiles. Las que lloran cada vez que pueden. Te vas con las que juegan contigo al misterio, al hoy no puedo mejor nos vemos mañana. Al gracias por la invitación, la pasé muy bien. Es cuestión de tiempo, se cae el telón, la miras, la ves con sus vacíos y sus grietas, la ves con la misma falta de amor que tú tienes. Te reflejas en su vulnerabilidad, te asustas de tu propia imagen y te vas a buscar la fantasía de la diosa encantada. La que al menos es un poco más fuerte como para no mostrarse transparente y ocultar su debilidad y su normalidad humanas detrás de sus capas de maquillaje.
Tú no quieres a una mujer, tú anhelas a una dama femenina. Te quieres a ti mismo. Hoy tampoco tienes tiempo de amar. Las quieres a todas y no quieres a ninguna. Todas somos iguales. Todas te diremos jet'aime al oido. Es cuestión de que escojas a la tuya como cuando seleccionas las verduras del mercado. Que le guste el sexo, que sea bonita, que no salga con pendejadas. Mándala hacer, a ser, pídela de Navidad. Un día de estos te llega por correo con un libro en la mano. Bien entrenada: a los cinco recibió el vestido de princesa, a los seis la cocina y a los siete la bebé. Hazle creer que tú eres el príncipe que la despertará con un beso. Conquístala con un 'hola' en el chat, postéale un comment en el muro y la tendrás en tu puerta. Quítale la falda y bórrale con saliva la neurosis que heredó de su madre. Hazle notar sus errores. Ella no es cualquiera. Ya después compren casa y perro. Saluden a sus vecinos con sonrisa seguido de una noche en la que durmieron de espaldas. Acostumbrados, fusionados, altamente familiarizados pero con la seguridad y la estabilidad de encontrarse el uno al otro en el mismo lugar cada mañana. Asegura los cuidados de tu vejez desde ahora, sólo tendrás que amarla, aún cuando dejes de hacerlo. Te sentirás viejo y feo, renunciarás a buscar a la musa que no existe, la cambiarás por el caldo de pollo que te lleva a la cama y entonces así y sólo así, harás el recuento. Te sentirás miserable, te sentirás poca cosa sin ella.

2 comentarios:

Rodrigo Garva dijo...

Oye, ¡qué buen texto! Con esa gracia hasta da gusto que te digan tus verdades.

Chinísima dijo...

O como dirían las de TLC: "I'll make you feel unpreatty too...", jajaja.

No soy buena en esto... no soy estable en mis relaciones, es más, creo que nunca he tenido una como tal.

El punto es, yo creo, pensar no en lo que un hombre quiere, sino en lo que cada una queremos de un hombre. Estamos acostumbradas a agradar, a ceder, a entregar...

La sociedad nos inculca que si no nos ceñimos seremos "quedadas", que "la vida no vale la pena si no amamos a alguien"... pero es que amar es otra cosa.

Hasta estos días comencé a comprender lo que vale mi libertad... Y no me importa no ser bonita, no me importa pagar mi cine, no me preocupa verme siempre igual, con mi cabello corto y poco femenino... simplemente soy yo.

Hace poco me decía un compañero del trabajo "China, hay pa' todos, sé como eres y encuentra lo que buscas..."

Un abrazo